Entiendo que sois lo suficientemente cultos como para conocer que significa idiota y si no es así, para eso está el diccionario.
Una vez encontrada una persona como "Linterna", persona en la que se distinguía claramente que era feliz, no quise demorar mi curiosidad y me lance a hacerle una pregunta de actualidad y que generara mucha polémica.-Linterna -le pregunté al viejo "tonto del pueblo"- ¿Qué te parece que el rey emérito esté fuera de España?
Como no le vi hacer ningún movimiento, pensé que no me había escuchado.
-¡Me importa un pimiento! -contestó con su vista fija en el infinito y aspirando un cigarro que me recordaba al antiguo "caldo de gallina".
-¿Me lo puedes explicar? -pregunté.
-Veamos -continuó-. ¿En que va a influir para mi vida que este señor esté dentro o fuera de España? Exactamente en nada. Lo que haya hecho, si es un delito, que lo pague, y si no lo es, está en su derecho de hacer lo que le de la gana como cualquiera. Y no me gustan nada las personas que pasan su vida buscando una paja en el ojo ajeno para ocultar el que se vea la viga del suyo. Yo quiero que la gente que nos manda me diga que tiene solucionado el trabajo de mis hijos, la pensión de mis amigos y la salud mía y de mi mujer. Lo otro, amigo Juanito, me importa un pimiento. Esas "tontás" me recuerdan a cuando voy con mi hija al mercado y, en cada una de las paradas, señalan más los defectos de los demás que las virtudes de lo propio. Si yo quiero comprar pescado dime como es el tuyo y su precio, el de la otra parada... ¡Me importa un pimiento! Y si me engañas, con no comprarte más, arreglado.
-Pero ¿tu querrás conocer como es la persona que te va a vender el pescado?
-¡Pero yo a Juan Carlos I no le voy a comprar ya na! ¡No está en el "mercao"! Tendré que juzgar como nos ha ido teniendo reyes y te puedo decir con toda la seguridad del mundo que a mi, al tonto del pueblo, me hubiera ido exactamente igual con cualquier otro régimen. Grecia está hundida y me han dicho que es república, Suecia es rica y es un reino. ¿Cual es la diferencia?...¿El nombre?. No Juanico no, yo seré el tonto del pueblo pero la única diferencia es, básicamente que al rey no lo cambias y hay muchos políticos que quieren ser Reyes. Mira Francia, eran reyes, pasaron a república y a cortar cuellos, Napoleón el más republicano de todos y como no podía ser rey se hizo Emperador. Yo veo muchos Napoleones actualmente y no veo en la política a gente que esté trabajando para mi, para el pueblo pero...amigo Juan yo se el porqué es así. ¿Lo quieres saber?
-¡Naturalmente!
-Porque se ha conseguido cambiar la mente de las personas, se han puesto de acuerdo con los extraterrestres -dijo al tiempo que me guiñaba un ojo-, la han cambiado y en este momento el tonto del pueblo, los verdaderos tontos del pueblo, son millones de ciudadanos que seguro que se enfadarán con que el rey se haya ido, lo que cueste el dormir en nosedonde, en que tal político vaya a hacer surf o que Lola la piconera le haya puesto los cuernos a su marido. Y no les importa si mañana estarán vivos, si podrán seguir viviendo tranuilamente en su pueblo o tendrán una estupenda fábrica de droga en la plaza. Y estas cosas no tienen importancia comparadas con las otras. De estas ya se preocupará su político favorito que si luego no lo hace será porque los malvados contrarios a sus ideas no lo dejan. Ya ves Juan, el tonto del pueblo no soy yo, a lo mejor ¿eres tú?
-Entonces, ¿eres feliz?
-¡Claro! Este país y nosotros seremos lo que un montón de gente, la mayoría sin ninguna cultura, quieran. Yo no tendré ni el graduado, pero tengo 80 años y te puedo decir que he pasado mi vida buscando la felicidad, nunca la he encontrado, al menos por periodos largos, y ahora, si no es felicidad, al menos es una menor capacidad para sufrir, y lo he conseguido sentándome enfrente de la tele y riendome con las “tontas” que dicen los pastores a nosotros, el rebaño, e intento no avergonzarme viendo al montón de sus amigos batiendo palmas y me digo...¡Anda que si se creen las barbaridades que dice, estamos apañados! Pero no me preocupa, no tengo ya tiempo para eso, ahora, sencillamente ¡me importa un pimiento!