La cadenita
AmistadHay veces que, sin ser una anécdota en sí, pasamos por algunas ocasiones divertidas, o comprometidas.

En Alicante llegué cansado y sudoroso al hotel y con unas ganas terribles de tener un buen baño.

Subí a la habitación, me desnudé e inmediatamente me metí en la bañera y comencé a darme una ducha.

Al mirar hacia arriba vi que del techo salía una cadenita y yo, que me gusta saberlo todo, comencé a tirar de ella esperando que saliera jabón o cualquier otra cosa. Pero no salió nada.

Al minuto se descorrieron las cortinas del baño y me encontré frente a dos camareras y un señor que venía con su maletín de médico.

Cuando se me pasó la cara de "panoli" les pedí disculpas y me enseñaron el cartel que había en el que decían que "caso de tener algún accidente o encontrarse mal, avisara tirando de la cadena.