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Informático en los 60

una imagen

¿Puedo chillarle?
Cuando ves las cosas con la perspectiva de los años, cosas que en el momento te sacaron los nervios y te parecieron tremendas, ves que no lo eran y sí que tuvieron mucho de cómicas.

Como he comentado los comerciales teníamos terminantemente prohibido hacer programas para los clientes pero ¿cómo íbamos a vender si los programas que necesitaba no existían? Si un cliente tenía que gastarse (en aquella época) un millón y medio de pesetas (9.000 €) en una máquina que no le servía para nada sin los programas adecuados ¡y estos podían costarle más que la máquina, cuando si hubiéramos aprendido a hacerlos podrían estar hechos en una semana!

Así pues, y con la mediación y el consentimiento del director de la sucursal Sr. Rego, un compañero desde Madrid, se ofreció a hacérselos.

Hay que tener en cuenta que un programa que hiciera una factura era más sencillo que hoy en día darse de alta en el facebook y la máquina tenia 256 kb de memoria útil. Comparen con un tarjeta pequeña de hoy que lo normal y mínimo sería 16 Gb.

Una vez todo aclarado se firmó la máquina, se pagó y me preparé para hacerle el estudio del programa de su factura.

Casualmente a nuestro director lo trasladaron a Barcelona y nos mandaron a otro desde Madrid.

Y este venía con las normas de la empresa grabadas a fuego en la frente. No se hacía software si no era por los cauces legales; estudio, oferta, aprobación, toma de datos, mandar al gabinete de programación, factura, cobro, etc..

Así es que no tuve otra alternativa que ir al cliente a decirle que lo que habíamos hablado ya no era así y tenía un aparato en medio del despacho que no le servía para nada si no compraba el sofware.

El hombre, muy educado me dijo.

-Señor Oltra, yo padezco del corazón y si no me desahogo está a punto de darme un ataque. ¿Usted me permite que le chille? Entienda que no es a usted, es a su empresa.

-Por favor,Sr Fulano, no se prive.

Y se desataron todos los rayos y centellas del infierno y yo no sabiendo si meterme debajo de la mesa o tirarme al suelo.

Eso fué un viernes y el domingo salía para Madrid para unas reuniones se hacían periódicamente.

Y en la primera reunión me la jugué y cuando llegó el momento, tan americano, de gritar lo buenos que éramos y lo estupenda que era nuestra empresa, yo dije que éramos una auténtica castaña y unos falsos y mentirosos.

A los diez minutos estaba en el despacho del director de la Empresa en España.

-Señor Oltra -me dijo el Sr. Sournac- quiere usted decirme por qué ha dicho eso en la reunión.

-Por supuesto, -contesté- una empresa que falta a su palabra ante un cliente que, habiendo comprado otra máquina, la anuló para comprar la nuestra, es ese el calificativo que tiene y que una vez sabido podemos olvidarnos de vender una máquina más en Valencia.

-Su sucursal y su director anterior quebrantó las reglas, pero en esto tiene usted razón. Tiene durante una semana los ordenadores de Madrid a su disposición para hacerle el programa al cliente. Entienda que no ha de molestar a sus compañeros en nada. ¿Conforme?

-¡Pero yo no sé programar!

-Ese no es mi problema Sr. Oltra.

Y viendo cómo actuaban las instrucciones de un programa parecido si las iba cambiando y con llamadas por la noche a algunos compañeros que se ofrecieron a asesorarme, a la semana tuve el programa terminado y había aprendido a programar, lo que me sirvió de mucho a partir de ese momento.

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Los caracteres digitales
Voy a explicar una cosa que para cualquier informático por poco que sepa es mas básico que saber las vocales. Pero para los que no lo son quizás sea interesante y una curiosidad.

¿Alguna vez se han preguntado como es posible que con ceros y unos se pueda decir y hacer prácticamente todo?

Lo vamos a explicar. Las primeras maquinas, las instrucciones básicas se le decían con una serie de 8 puntos llamados octetos. Cada uno de los puntitos se llaman bits y el octeto se llama byt. Un kb son mil byte.

Entendamos primero que los números que no son en módulos de 10 como lo entendemos, son módulos 16 y se llama lenguaje hexadecimal. Con 4 bits se representan los 16 números.

Los cuatro bit activos sería el 15 (1+2+4+8) añadimos el cero y ya tenemos dieciséis números representados con solamente 4 bits.

La máquina leería de cuatro en cuatro (no es así pero es para hacerlo muy sencillo).

Si ponemos cuatro ceros 0000 como no hay ningún 1 es un cero.

Si lee 1000 como el uno es el primero seria el numero uno.

Si lee 0100 como ocupa la posición segunda seria un dos.

Y si el activo es el tercero ¿un tres? No, esto 0010 es un cuatro. Y esto 0001 un ocho.

¿Como puede leer un tres? Fácil 1100 o sea uno y dos son tres. ¿y cinco? Pues así 1010 uno y cuatro es cinco.

¿Que numero es este 1111 ? El quince; uno mas dos mas cuatro mas ocho.

Como un octeto tenía 8 bits también entraban todas las letras.

Conforme las instrucciones en las máquinas tiene mas bits, pueden interpretar con una sola lectura instrucciones más ámplias por lo que son mas potentes y mas rápidas.

Es como si nosotros leyéramos letra a letra o de una toda la pagina del libro.

Hablemos de...
La imágen de los números
Estoy seguro de que más de una vez, si usted es uno de los amantes de las preciosas palabra “por que?”, se habrá preguntado si las figuras de los números tienen una razón o simplemente son el fruto de una evolución a partir de algunas imágenes primitivas. Quizás el 2 viene de un momento en que el matemático que estaba pensando como dar una imagen a este número y vio pasar a un pato, se dijo, “Eureka, el dos es un pato!”. Lamentamos llevarle la contraria pero no fue así.

Desde luego existen algunas teorías pero a nosotros la que nos parece más lógica es esta que le vamos a exponer.

Cuando se empezaron a escribir los números, que nosotros utilizamos, la escritura no era tan sofisticada como ahora en la que se le dan mil y una filigranas para representar hojas o cualquier otro tipo de adornos. Escribir era muy serio y pesado, desde la cuneiforme hecha sobre losetas de arcilla hasta la de los escribas primitivos con sus plumas de ganso. Tenía que ser una forma muy fácil de escribir y de identificar. Los romanos fueron expertos en muchas cosas pero su sistema de escritura para los número es un completo follón y difícil para hacer operaciones matemáticas. Pero vayamos al grano. Si dibujamos los números de la manera más recta posible y los observamos ¿que vemos? Lineas y ángulos. Y si contamos los ángulos menores de 90 grados ¿que tenemos? Su valor numérico.

Véalo en las imágenes siguientes.


Naturalmente, como se ve, el cero no tiene ningún ángulo.