Chirimoya
(Añona Cherimola)


Es un fruto muy poco conocido en Sudamérica, sobre todo en Argentina. Sin embargo es muy conocido en: México, California, Indias Occidentales, Venezuela, Brasil, etc.

La Chirimoya (Añona Cherimola) es una especie originaria de las montañas del Ecuador y tal vez también de los Andes del Perú. El sabor de sus frutos es por su excelente exquisitez difícilmente superable. Es prevalentemente azucarado, pero al mismo tiempo también subácido. Y se parece un poco al sabor del plátano (banana) y al mismo tiempo al de la piña en conjunto.

Lamentablemente de este fruto no se conocen vastos cultivos, por cuanto la planta es indígena de las regiones montañosas muy altas y por consiguiente de un clima no muy cálido, no es por lo tanto muy favorable cultivarla en las tierras bajas tropicales; pero si en cambio se podría cultivar en muchos países de clima templado, en España se cultiva con excelente calidad. En Canarias la Chirimoya es cultivada casi exclusivamente en los jardines; se han hecho pocas tentativas de cultivo comercial. En Argentina crece en el norte; Jujuy, Salta, y Corrientes, pero lamentablemente no es muy difundida en el interior del país.

Desde el punto de vista alimenticio, los frutos son muy nutritivos por su notable contenido en hidratos de carbono (azúcar) que llega al 18 ó 20 % mientras el tenor de sus ácidos es solamente del 0,06 % en las variedades mejores. El porcentaje de proteínas es mucho mayor que en muchos otros frutos tropicales, siendo del 1,85 %.

En cuanto a su uso, de los frutos de la chirimoya no hay mucho que decir, puesto que generalmente se consumen frescos, sin necesidad de prepararlos de ninguna manera para hacer resaltar sus excelentes cualidades.

Por lo que podemos decir que se trata de una fruta excelente, recomendable desde todos los puntos de vista, y muy especialmente para las personas desnutridas y anémicas, y un excelente alimento para los niños por cuanto desarrolla su crecimiento natural y armónicamente.

Para ahuyentar los piojos de la cabeza, se hace un polvo machacando la semilla de la Chirimoya, y se coloca en toda la cabeza al acostarse, envolviéndola con un pañuelo, es un remedio infalible.


Anterior Frutas Cerrar