• - Cerezas en su punto de madurez.
• - Aguardiente o anís seco.
• - Azúcar moreno.
• - Canela en rama.
• - Clavo de olor.

1. Preferentemente en tarros de vidrio de los que se cierran herméticos con junta de goma.
2. Jamás utilizar ningún tipo de recipiente con ningún metal, ni cucharas metálicas nunca en la preparación ni en su posterior uso.
3. El metal estropéa rápidamente el producto.
4. Preparamos las cerezas cortando por el pedúnculo sin nunca arrancarlo, pues se estropean enseguida.
5. No importa si queda medio centímetro de rabito.
6. Llenamos con ellas los tarros esterilizados, con cuidado para no herirlas y a medio tarro, añadimos una ramita de canela y dos o tres clavos.
7. Rellenamos con aguardiente por encima de las cerezas, tapamos y dejamos reposar en un lugar oscuro durante un més para que vayan macerando.
8. Pasado este tiempo, añadimos unos 200 gramos de azúcar moreno por cada litro de aguardiente y agitamos suavemente los botes hasta que disuelvan totalmente el azúcar.
9. Volvemos a dejarlos reposar en el mismo lugar.
10. A partir de los siguientes dos meses, podremos comenzar a disfrutar las cerezas y el aguardiente, cuidando de que este siempre cubra los frutos.

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